El ser humano funciona día a día siguiendo una serie de rutinas. De la calidad de estos hábitos depende su calidad de vida en general, y son, en gran medida, responsables de su avance o retroceso como personas.
De igual manera, los hábitos generalizados en las empresas definen su nivel de productividad. Por ejemplo, para abordar con éxito la transformación digital, se requiere de un cambio de mentalidad a nivel empresa, donde se dejen atrás viejos hábitos negativos y se adopten nuevos.
La cultura de la confianza es un elemento clave para el éxito en tiempos de incertidumbre y cambios rápidos. Para adoptar nuevos hábitos en la empresa, el líder debe erradicar la resistencia al cambio y conseguir el desapego a viejas creencias a través de una buena comunicación. La comunicación genera confianza y entusiasmo por experimentar nuevas formas de abordar el trabajo que permitan optimizar el rendimiento.
Hábitos para mejorar la productividad
Un equipo productivo establece metas, define tareas, tiempos para cumplirlas y se apega a ello. Muchas veces se confunde la productividad con el hecho de dedicarse a varias cosas a la vez, sin embargo, de esta forma se está más expuesto a distractores y a dedicar tiempo a tareas no prioritarias que disminuyen el rendimiento.
Estos son algunos hábitos imprescindibles que un individuo o equipo de trabajo debe tener para elevar su productividad:
Agilizar rutinas
En cualquier trabajo siempre hay algunas tareas que son repetitivas y se realizan casi en automático. Hablando de transformación digital, es importante identificar qué tareas son susceptibles de automatizarse con herramientas tecnológicas para que el trabajador pueda enfocarse en otras labores más relevantes.
En caso de tener que realizar estas tareas de forma manual, se debe buscar siempre el camino más eficiente para llevarlas a cabo, por ejemplo, eliminando pasos innecesarios, haciendo acciones en bloque, delegando, etc.
Definir objetivos
Como ya lo mencionamos, ser productivo requiere de planificación y del compromiso de ceñirse a este plan. Para cumplir metas a mediano y largo plazo es necesario definir cada una de las tareas inmediatas que se necesitan para llegar a ellas.
Una persona o equipo altamente productivo planifica su semana con anticipación, define prioridades y cumple cada uno de los objetivos proyectados en tiempo y forma.
Priorizar
Una persona productiva sabe elegir sus batallas y no se desgasta en asuntos que no son relevantes en el cumplimiento de sus objetivos. Para no desviarse del camino, es esencial aprender a decir “no” a todo aquello que impida o retrase la consumación de las metas por cumplir.
Un error común es no considerar como prioritario el tiempo destinado al descanso y la relajación.
Los seres humanos no estamos diseñados para rendir continuamente, sino que lo hacemos en ciclos. Un pequeño descanso cada noventa minutos es fundamental para mantener un buen nivel productivo.
La confianza y la comunicación son factores que elevan el espíritu de los colaboradores, dignifica sus tareas y los motiva a cambiar. No se nace con hábitos, estos se adquieren con la repetición de acciones de manera constante, por lo tanto, es posible erradicar o modificar conductas negativas en nuevos hábitos. Para logar cambios en la empresa, se debe asumir el compromiso de realizar cotidianamente acciones que beneficien la gestión del trabajo, hasta que estas se realicen “en automático” y se conviertan en parte inherente de los procesos.
Texto por: Ana Paula Cuervo and Luis Valladares
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